El limpiador facial es el primer paso esencial de cualquier rutina de cuidado de la piel. Elimina impurezas, restos de maquillaje y exceso de grasa sin alterar la barrera natural, dejando el rostro fresco y preparado para absorber mejor los tratamientos posteriores.
Gracias a su fórmula suave y eficaz, ayuda a mantener el equilibrio cutáneo, previene imperfecciones y aporta confort incluso a las pieles más sensibles. Incorporar un buen limpiador a tu rutina diaria marca la diferencia en la salud y el aspecto de tu piel.
Depende de la fórmula. Algunos limpiadores demasiado agresivos pueden eliminar los aceites naturales de la piel y provocar tirantez. Sin embargo, los limpiadores de calidad están formulados para respetar la barrera cutánea y mantener el equilibrio natural, aportando confort incluso a las pieles más sensibles. Un buen limpiador deja la piel fresca y suave, sin sensación de sequedad, y contribuye a reforzar la salud de la piel a largo plazo.
Sí, nuestros limpiadores han sido formulados para adaptarse a todo tipo de pieles, incluidas las sensibles. Sus fórmulas suaves eliminan impurezas, restos de maquillaje y exceso de grasa sin irritar ni alterar la barrera natural de la piel. Gracias a ingredientes calmantes y equilibrantes, aportan frescura y confort, evitando tirantez o rojeces. Esto los convierte en una opción segura para quienes necesitan cuidar la piel sensible sin renunciar a una limpieza eficaz, manteniéndola saludable y preparada para los siguientes pasos de la rutina.
