Ser diferente no debería ser una desventaja.
Sin embargo, en muchas regiones del mundo, la diferencia puede
convertirse en una amenaza para la propia vida.
Así ocurre con el albinismo, una condición genética que afecta a la producción de melanina, el pigmento responsable del color de la piel, el cabello y los ojos, y que hace que la piel sea extremadamente sensible a la radiación solar.
Una piel sin defensa frente al sol
En África subsahariana, la incidencia del albinismo es hasta siete veces mayor que en Europa.
En países como Tanzania o Malaui, una de cada 2.500 personas nace con esta condición.
La combinación de una alta exposición solar, la falta de fotoprotectores adecuados y la escasez de dermatólogos, a menudo uno por cada cuatro millones de habitantes, provoca
que nueve de cada diez personas con albinismo mueran de cáncer de piel antes de los 30 años.
Pero el reto no es solo médico.
La falta de información y las creencias supersticiosas han originado, en algunos lugares, episodios de discriminación, exclusión e incluso violencia.
Existe un mercado negro para conseguir las partes del cuerpo de las personas con albinismo ya que ciertas creencias les atribuyen poderes sobrenaturales, otorgando fortuna a quien las posee.
Frente a esa realidad, el conocimiento científico y la educación se convierten en herramientas de protección y dignidad.
“En aquel contexto, la cosmética no era una cuestión de estética, sino de supervivencia.” — Mafalda Soto
Beyond Suncare: ciencia, dignidad y protección
En 2017, Mafalda Soto, farmacéutica y cofundadora de UMOA, creó Beyond Suncare, una organización sin ánimo de lucro que trabaja en África para proteger y empoderar a las personas con albinismo.
Su modelo, reconocido por las Naciones Unidas como “Best Practice”, combina tres pilares:
- Desarrollo de fotoprotectores adaptados, diseñados para resistir las condiciones climáticas extremas.
- Educación sanitaria y social, impartida por redes locales de mujeres y profesionales de la salud.
- Inclusión y sensibilización, para eliminar mitos y fomentar el respeto hacia las personas con albinismo.
Beyond Suncare trabaja actualmente en varios países africanos, en colaboración con ministerios de salud, universidades y comunidades locales.
Del conocimiento a la acción: el vínculo con UMOA
UMOA nace precisamente de este aprendizaje.
El estudio prolongado de la piel albina, una de las más sensibles y vulnerables del planeta, permitió comprender cómo fortalecer la barrera cutánea, reducir la inflamación y mejorar la tolerancia frente a la radiación solar.
Esa experiencia científica, sumada al deseo de generar un impacto positivo, dio origen a una nueva forma de entender la cosmética:
cuidar la piel respetando su naturaleza y cuidando, al mismo tiempo, a quienes más lo necesitan.
Por eso, UMOA y Beyond Suncare están unidas estructuralmente.
La ONG impulsa la investigación y la formación; UMOA transforma ese conocimiento en innovación cosmética.
Y parte de los beneficios de la marca se reinvierten en los programas de salud y educación dermatológica de Beyond.
Así, cada rutina de cuidado forma parte de una red real de protección, ciencia y empatía.